Un viaje iniciático va más allá de una simple experiencia turística.

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Integra la Arqueo-Antropología, para conocer el lugar y su magia, tomando lo más importante del ser humano: su impulso divino que nos lleva a trasladarnos a nuestra elevación espiritual.

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Permite una reconexión con nuestro Ser profundo, nuestra esencia, nuestra energía vital, nuestro centro.

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A través del camino y la conexión con los lugares sagrados u su energía, guía hacia el despertar de consciencia, la aceptación, el reconocimiento personal, y la esencia intangible de nuestro Ser.