MARIE-ANGE FERNANDEZ

Ñoq'an kani Kawsay Marie-Ange Fernández, Yo Soy la Existencia.
Me declaro Existencia ante ti y te reconozco Existencia ante mí.
Así se presenta, en lengua Quechua, la comunidad de la Nación Q'ero, herederos directos del Imperio Inca, desde sus Sagradas Montañas en el corazón de los Andes.
En el Camino Iniciático, el reconocimiento de la Existencia es la base del anclaje de todos los principios y fundamentos. Soy parte de esta Unidad, dentro de la cual la Madre Tierra (Pachamama), el Padre Sol (Taita Inti), el Cosmos, los Apus (Montañas Sagradas), las Cuatro Direcciones, los elementos y todos los reinos (humano, animal, vegetal y mineral) existen y coexisten en un justo y perfecto equilibrio.
Soy consciente de mi Ser profundo como divinidad, de mi capacidad para ser Creador de mi propio Universo y de mi conexión infinita con Todo-Lo-Que-Es.

A lo largo de mi camino, este intenso sentimiento de ser parte de esta Unidad me enseñó a actuar en coherencia con este Todo, desde el amor, la benevolencia, el respeto y la gratitud, como hacia mis semejantes.
Por tanto, es naturalmente que, desde hace 20 años, sigo desarrollándome plenamente en el mundo de la sanación natural para los beneficios del cuerpo y el espíritu: masajes energéticos, formadora y asesora en salud y cosmética natural, Medicina Tradicional China, naturopatía, dietética y nutrición, aromaterapia, fitoterapia, gemoterapia, esencias florales, herboristería tradicional y sagrada.
Junto con estas diversas enseñanzas, siempre he seguido un camino espiritual y esotérico. Mi clarividencia se manifestó desde temprana edad a través de una profunda intuición, sueños premonitorios y la sensación de estar en contacto con otra realidad más allá de nuestra realidad ordinaria. Desde los 14 años estuve leyendo tarot, practicando viajes astrales, meditando y nutriéndome de enseñanzas relacionadas con todas estas áreas.
La tradición dice que el chamanismo llega a tu vida cuando estás listo para recibirlo. Llegó a la mía en el momento perfecto. Después de vivir en Centroamérica, fui iniciada en el chamanismo tradicional de los nativos americanos, llamado “El Camino Rojo”. Fue una verdadera revelación para mí. Apareció como una evidencia, como el enfoque holístico y sagrado que unía mis dones, conocimientos y experiencias en una misma práctica.
He practicado intensamente de manera individual y personal, recibiendo la mayor parte de mi enseñanza por medio de mis Espíritus Aliados. Han traído una verdadera sanación a mi ser en todas sus dimensiones, así como la práctica en profundidad de la sanación chamánica para transmitirla a mi entorno.
Deseando volver a los orígenes, recibí entonces la enseñanza de una chamana de tradición siberiana, quien aportó una gran complementariedad a mis conocimientos y prácticas.
Luego, guiada hacia Sudamérica, hoy en día sigo nutriendo mi espíritu y elevándome cada vez más a través de los niveles de conciencia y de la sabiduría de la Cosmovisión Iniciática de los Andes.
Recibí mi primer Karpay (Iniciación como Ñusta/Sacerdotiza - 1er Grado del 4o Nivel de Consciencia Pampamissayuq) de la mano de los hermanos de Nación Q'ero y bajo la bendición del Apu Ausangate (espiritus tutelares de las Montañas Sagradas) para llevar a cabo el sostenimiento de la consciencia chamánica en nuestro Espacio Tiempo.


Más que una simple herramienta de sanación, el Chamanismo representa para mí un Camino Iniciático, un arte de vivir diario, en plena simbiosis con mi percepción de la existencia humana dentro de este Todo, y el propio camino de mi alma.
Mitakuye Oyasin («A todas mis relaciones», oración Lakota)
Aho!